Mira esta supernova verde y azul
Es bella y repugnante a la vez
Rueda libre y
en su camino libera
energía y dolor en cantidades desiguales
Y se mezclan en su estela
la hipocresía de sus mañanas
con las idas y venidas de los números
de los sucios juegos de la avaricia
Y rodea con sus brazos
la sumisión del insignificante:
baila y sonríe, maldito
sólo es cuestión de ritmo
Y un, dos, tres
un, dos, tres
Supernova, está arriba con las demás, pero yo me la imagino girando, como una noria. Por eso entiendo las idas y venidas a las que te refieres, a la sumisión del insignificante, al baile y al ritmo…tres, dos, uno.
Si no dejas de hacer esto, así, tal como lo haces, no vas a poder deshacerte de mí nunca.
La sumisión del insignificante, del sumiso a placer y por convicción, que baila al ritmo de los numeros, y seguira bailando, y seguira sonriendo. Es insignificante.
¿Acaso puede hacer otra cosa? ¿Acaso es él capaz de ver otra opción?
Un, dos, tres…
vamos que se puede!
😉
Hola, muchas gracias por pasarte, la verdad que no sé cómo me has encontrado, pero me alegro que te guste todo lo que escribo y que te unas a mis lectores.
He leído tu escrito y la verdad que no está nada nada mal eh?
besitos!
jajaja, vale, en cuanto acabe con todos los libros de kerouac traducidos al español me pongo
por cierto, creo que voy a bailar segun vaya ahora a casa, un dos, tres…
muak!
quizás a través de «dreamtale» a través del «caballito eléctrico»…
quién sabe