Que ya no existan gobiernos
ni textos sagrados
ni canciones desesperadas
Que ya no venza ningún plazo
en el recuento final
de mentes libres
Que la fragilidad
sea nuestra virtud
en esta, la hora final
del día que nunca conocimos
Que me dejes ser un alfiler
para sostener el aire
en su caída
O tu País de Nunca Jamás,
un globo rojo y asustado,
una letra muda en tu nombre
Que el hoy se parezca, por fin
al mañana que
nos atrevimos a soñar ayer
Muy libertario y muy hermoso… El hombre libre de todas las ataduras heredadas e impuestas, hasta de sus propias creencias. Soñando y viendo amanecer. Un saludo querido amigo
Absolutamente maravilloso¡¡¡
Una hermosísima oda a «un mundo al revés», un canto de belleza subversiva;
El elogio de lo original, lo libre, lo pequeño, el miedo, la insignificancia.
En cuanto tengo un rato, lo primero que hago es leerte porque me emocionas.
¡No sabes cuánto¡ Muchas gracias. Tus palabras me alimentan.
Que me dejes ser un alfiler
para sostener el aire
en su caída
¡Perfecto!… Se puede hablar de tantas formas distintas de la pasión por la vida… pero sólo una pocas se convierten en los sueños de ayer… 🙂
Un abrazo.
Me agarró algo así como ternura mezclada con melancolía y con ganas de que eso, algún día que no esté muy lejos, suceda. Saludos!
(la cucasona rellena de juguito)
perdón, cucasona no, persoracha…fue un acto fallido…Freudianos, abstenerse
Sí que te «agarra» algo así como ternura. Querer ver el mundo cambiado y ser una letra muda en el nombre de alguien, su país de Nunca Jamás… ojalá te dejen y sepas.
Un saludo, Spender. Muy Brel:-)
Me parece excelente. Me lo guardo, es bueno, bueno.
Un beso,
Marta